IRÁN E IBEROAMÉRICA

Desde que Ahmadineyad asumió la presidencia en 2005, la política exterior de Irán se ha centrado principalmente en Latinoamérica. La penetración política y económica que ha llevado a cabo Irán en el continente en estos dos o tres años es, de hecho, impresionante.


Ahmadineyad busca apoyos para contrarrestar las presiones estadounidenses y europeas que tratan de impedir que Irán desarrolle una capacidad nuclear. Su forma de verlo es que Irán tiene que moverse agresivamente en el propio patio trasero de Estados Unidos para poder negociar desde una posición de más fuerza.


El presidente iraní ha hecho tres viajes diplomáticos a Latinoamérica (y visitado Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia) en busca de una alianza de «países revolucionarios» y ha recibido en Irán a los presidentes Chávez, Ortega, Correa y Morales. En 2007, Irán anunció la apertura de embajadas en Chile, Colombia, Ecuador, Nicaragua, y Uruguay, y una oficina de representación en Bolivia.


La piedra angular de la política de Ahmadineyad hacia Latinoamérica es la creación de un «Eje de la Unidad» con Venezuela y contra Estados Unidos. «Aquí estamos dos países hermanos, unidos como un solo puño», dijo Chávez. Durante los prolegómenos de la reunión del G-20, Chávez anunció «el fin del imperialismo» y el nacimiento del G-2, el grupo compuesto por Irán y Venezuela, que incluye un banco binacional como alternativa al FMI.


Chávez se ha convertido en «el padrino y administrador de la relación», y está tratando de atraer a esta alianza a Bolivia, Ecuador y Nicaragua, con la promesa de «unir el Golfo Pérsico y el Caribe», dando a Irán la categoría de observador en su acuerdo comercial Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Irán se ha convertido en el segundo mayor inversor en Venezuela, después de EE.UU.


Bolivia ha decidido trasladar su única embajada en Oriente Próximo de Egipto a Irán, una señal clara de las prioridades estratégicas de Morales en Oriente Próximo. Durante la guerra de enero de 2009 en Gaza, Chávez y Morales apoyaron sin reservas la postura de Irán y cortaron las relaciones diplomáticas de sus respectivos países con Israel.


El atentado suicida en marzo de 1992 contra la Embajada israelí en Buenos Aires es el primer ataque terrorista islamista en el hemisferio occidental, ejecutado con toda probabilidad por Hizbolá.


Venezuela se ha convertido en la puerta de entrada a la región para Irán a través de un vuelo semanal entre Caracas y Teherán. Varias agencias de seguridad están preocupadas por la posibilidad de que los terroristas y los agentes secretos iraníes utilicen estos vuelos, que no están sujetos a ningún control.


Hizbolá estableció hace mucho tiempo una presencia significativa en la zona trifronteriza en la que convergen Argentina, Brazil y Paraguay, empleando a empresas locales y las redes del narcotráfico y contrabando para blanquear dinero destinado a operaciones terroristas.


Un diario kuwaití afirmaba que Hizbolá está entrenando a jóvenes venezolanos en campamentos militares en el sur de Líbano y les prepara para atacar objetivos estadounidenses. Otras fuentes hablan de que Hizbolá ha establecido campos de entrenamiento en territorio venezolano.


El problema con esta intensa actividad de Irán y Hizbolá en Latinoamérica es que va más allá de los niveles políticos, económicos y culturales legítimos y se adentra en el peligroso ámbito del terrorismo y la subversión, amenazando no sólo los intereses externos, sino posiblemente la estabilidad de los países anfitriones.



ELY KARMON*


Fonte: ABC


* Ely Karmon é membro do Instituto Antiterrorista de Herzlyia (ITC).


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