A FROITA ESTÁ MADURA

Fazem-se eco hoje em Libertad Digital dum jogo que anda circulando pela internet onde se convida a assassinar apontando com uma mira telescópica a Gloria Lago, portavoz da entidade privada Galicia Bilíngüe, vítima de ameaças procedentes do entorno –como já referenciámos aqui e aquí- dos convocantes da manifestação celebrada o passado 17 de Maio em Santiago de Compostela.


Lembramos, para quem não caísse na conta, que os convocantes dessa marcha “en defensa do galego” são os mesmos que organizaram em Janeiro outra manifestação ánti-semita de apoio a Hamas.


Mágoa que Yolanda Castaño não se solidarize esta vez com a débil, que para além de tudo é uma mulher. Claro que nesta oportunidade teria muito que perder e pouco que ganhar -contrariamente a quando participara meses atrás numa campanha institucional contra a violência de gênero.


Mágoa que Manuel Rivas não tenha nada que dizer na última de “El País” sobre esta incitação ao assassinato. Está muito ocupado em escrever bobadas equiparando o Governo de Rodríguez Feijoo com o Apartheid sulafricano, como para perder o tempo em estas fruslerias. Seguramente, considere que não é preciso lhe dar muita publicidade ao tema, que já se sabe, o nacionalsocialismo galego quando se tem botado ao monte sempre tem demonstrado ser avondo chapuceiro (bom, agás quando provocaram uma carnezaria numa discoteca de Compostela ou quando balearam na caluga a um garda civil).


Reproduzimos a continuação um artigo do professor Blanco Valdés –um verme “espanholista”- aparecido o passado 10 de Junho, depois de que uns názis figessem pintadas ameazando de morte e destrozassem o automóvel de Gloria Lago.


E repetimo-lo para que fique constância: alguns estám incitando que se produza uma desgraça. Por activa e por passiva. Depois virão as falsas lamentações.




SOPHIA L. FREIRE




GLORIA LAGO, TAMBIÉN SOLA ANTE EL PELIGRO





¿Qué estaría hoy sucediendo en Galicia (en sus medios, tertulias, institutos y universidades o instituciones locales y autonómicas) si quien el lunes resultó atacada y amenazada de muerte no hubiera sido Gloria Lago -la presidenta de Galicia Bilingüe- sino una de las figuras de nuestra cultura nacionalista (ponga usted el nombre que le plazca) o cualquiera de los líderes de las mil asociaciones que el nacionalismo ha constituido en los diversos ámbitos culturales y sociales?


Todo el mundo conoce la respuesta: que habría un clamor -un justificadísimo clamor- en defensa no solo de quien hubiera sido tan cobarde e injustamente amenazado y acosado, sino también de su indiscutible derecho a expresar libremente sus ideas. Sucedería -digámoslo sencillamente y de una vez- que se habría producido la respuesta que debería haber tenido lugar en defensa de Gloria Lago y que, sin embargo, aún estamos esperando.


De ese contraste se deduce algo que, por lo demás, es tristemente conocido: que la indignación que experimentan algunos supuestos demócratas por los ataques que sufren quienes defienden sus ideas depende mucho más del acuerdo o desacuerdo con aquellas que de la iniquidad de la agresión. Si el amenazado hubiera sido «un dos nosos», la intimidación habría constituido un ataque contra Galicia (o Galiza) y contra su lengua y su cultura. Pero como la amenazada ha sido Gloria Lago, que no puede movilizar en su favor la amplia red social que el nacionalismo gallego controla desde hace muchos años, el asunto no pasa de ser un incidente que solo hacen público y en el que solo se empeñan en insistir -gente molesta- los que quieren atacar a Galicia (o Galiza), a su lengua y su cultura.




La indecencia que supone esta doble vara de medir se ve aumentada por el hecho de que en tanto hay que ser una auténtica valiente para defender hoy en Galicia lo que públicamente defiende Gloria Lago, quien postula lo contrario se ve amparado de inmediato por una complicidad social que hace casi inimaginable que pueda sucederle lo que la señora Lago ha tenido que sufrir.


Y así, la Mesa pola Normalización Lingüística puede dedicarse a abrir supuestos expedientes (absolutamente irregulares, pues carece de toda competencia en la materia) a quien no se someta a sus ucases -expedientes que no tienen más finalidad que la intimidatoria- sin que a ninguno de sus destinatarios se le ocurra rechistar, mientras una valerosa y honesta ciudadana que defiende sin meterse con nadie la cooficialidad de lenguas que establece la Constitución es tachada de fascista y amenazada de muerte ante el vergonzoso silencio de quienes no tolerarían que a uno de los suyos se le hiciera ni la cuarta parte de la mitad de la mitad.



ROBERTO BLANCO VALDÉS

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