¿Desde cuándo una destitución ordenada por la Suprema Corte de Justicia de un país contra un mandatario es golpe de estado? ¿O acaso es golpe de estado cualquier acción que se tome para poner un límite al expansionismo de la ideología chavista en América Latina? ¿Por qué se critica tanto a los países que han elegido lideres alejados de la izquierda como Italia o Israel, pero se les permite a los caudillos caribeños hacer y deshacer países a su antojo?
El presidente que asumió tras el golpe militar, Roberto Micheletti, líder de parlamento y quien debía asumir según la constitución del país, cuestionó con dureza al jefe del régimen bolivariano, Hugo Chávez Frías, por su intervención en los asuntos internos de Honduras, que derivó en la salida del gobierno de Manuel Zelaya.
“No podemos permitir ninguna injerencia extranjera. El intervencionismo de Chávez en la situación política que está viviendo Honduras ha quedado muy claro”, aseguró el mandatario en ejercicio, en declaraciones a la prensa internacional. “Tenemos pruebas de las avionetas venezolanas que han ido ingresando en el país durante el mandato del ex presidente, y la última fue el material para realizar la votación (la consulta popular para reformar la Constitución) que envió el presidente venezolano para realizar un acto que la Justicia había declarado ilegal”, declaró Micheletti. La posición de Micheletti tuvo inesperados respaldos, desde el gobierno de Israel y el de Taiwán hasta una editorial del diario The Wal Street Journal, en la que se advierte que el presidente norteamericano Barack Obama podría terminar convalidando la intervención chavista en Centroamérica. Según el diario, Barack Obama no debería permitir una victoria del “chavismo” en Honduras y debería tomar en cuenta que la destitución del mandatario Manuel Zelaya se hizo por orden de la Corte Suprema y respetando las instituciones, afirmó el miércoles The Wall Street Journal. Zelaya estaba tramando perpetuarse en el poder, denunció The Journal en un editorial. Añade que el mandatario hondureño contaba con ayuda del presidente venezolano Hugo Chávez para reformar la constitución a fin de postularse a la reelección y cumplir su objetivo tal como lo hizo el mismo Chávez. “Los eventos de Honduras deben interpretarse a la luz de la década del chavismo en Latinoamérica”, dice el editorial. Además, agrega que HUSSEIN Obama “parece ansioso por entrometerse en Honduras de una manera en que consideró contraproducente en Irán aun cuando el fraude electoral en Irán fue una subversión de la democracia más contundente que lo ocurrido en Honduras”.
Lo que hará la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto con otros payasos de la zona de ir a “asegurarse” que Zelaya reasuma en su cargo será un error más de política exterior de la ya depreciada presidenta, un error más y uno de los más garrafales en su triste historia de intervenciones en el extranjero. El problema de Honduras es un problema que debe ser resuelto por las instituciones hondureñas, no es un problema argentino, ni chileno, ni uruguayo, ni boliviano, ni brasileño ni ecuatoriano. La injerencia de cualquier otro país en los asuntos de Honduras implicaría una violación a su soberanía y un peligrosísimo precedente, téngalo en cuenta, señores y señoras presidentes de América Latina, en cuanto a los gobiernos de El Andaluz, la Republica Islámica de Francia y el Emirato Unido de Gran Bretaña, bien harían en resolver su tremendos problemas internos antes de inmiscuirse en lo que pasa en Honduras, ya suficiente injerencia se les permite tener en Israel, donde hasta la absurda canciller alemana Angela Merkel dijo que había que encontrar una solución terminal al tema de los asentamientos. ¿Otra solución final Canciller Merkel? ¿Ya perdieron varias guerras, desean perder otra?
“Haré responsables a Cristina Kirchner y a Correa de lo que pase en el país”, afirmó Micheletti en una entrevista al diario argentino “La Nación”. Ambos jefes de Estado integrarán la comitiva que acompañará a Zelaya de regreso a Honduras el próximo fin de semana, cuando se cumplan las 72 horas de plazo que otorgó la Organización de Estados Americanos (OEA) para la restitución en el poder del mandatario destituido. La intención de Zelaya de volver al país acompañado “supone una gran equivocación por la incertidumbre que se puede generar en el país”, advirtió Micheletti.
“Si se desata la violencia en el caso de que vuelva Zelaya, yo voy a estar preocupado por los presidentes que puedan venir”, agregó el presidente designado. “Yo pienso que la decisión del gobierno de Cristina Kirchner de acompañar al ex presidente podría causar algún problema en el país, y la responsable sería ella y los demás presidentes que vengan con Zelaya”, remarcó Micheletti a “La Nación”.
Fonte: Ianus y Seker se encontraron
Etiquetas: Honduras
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