SHABAT SHALOM

O The Jerusalem Post publicou um listado de donantes a Breaking the Silence, uma organização de extrema esquerda que publica informes sobre a suposta barbárie das IDF com os pobres terroristas palestinianos.

Entre os principais promotores de Breaking the Silence acham-se as Embaixadas do Reino Unido e Holanda, assim como a União Europeia. Financiar organizações políticas locais é uma gravíssima infracção do protocolo diplomático, razão mais que suficiente para expulsar aos membros dos devanditos corpos diplomáticos sob a cláusula de serem pessoas non gratas.


SEPAREMOS LOS TANTOS

Dirigentes del movimiento anti-sionista Neturei Karta se reunieron ayer en Gaza con funcionarios de Hamas, segun informa en su edicion de hoy el diario israelí Makor rishon.


No cabe duda que los disturbios en Jerusalenm fueron provocados como maniobra para desestabilizar el régimen en Israel por parte de Hamas.


La reunion de los rabinos americanos pertenecientes a Neturei Karta con la gente de Ianiyeh, justo ayer cuando los disturbios llegaron a su nivel máximo posible, no hace mas que confirmar esta tésis.


La maniobra de la organizacion traidora judía rindió sus frutos: consiguió unificar las protestas contra la apertura del centro comercial en el Sábado (totalmente legítimas a mi entender) con las de liberar a la madre desnaturalizada de su secta minoritaria.

El público haredí de Jerusalem se ”tragó ese sapo” y unificó las dos luchas, favoreciendo así los planes desestabilizadores del grupo terrorista ”Karta”.


Finalmente la policía ”arrugó”, como era previsible, y mandó esta mañana a la desalmada madre a prision domiciliaria.



BAJURTOV (Patria Judía)


ATANDO CABOS

“Nós passaremos, armados, perante o Senhor, à terra de Canaan, e teremos a possessão de nossa herança aquém do Jordão. Assim deu-lhes Moisés, aos filhos de Gade, e aos filhos de Ruben, e à meia tribo de Manassés, filho de José, o reino de Sion, rei dos amorreus, e o reino de Ogue, rei de Basã; a terra com as suas cidades nos seus termos, e as cidades ao seu redor”. (Números, 32:32-33)


Uma vez mais esta semana negou-se-lhes aos turistas israelis a entrada em Jordânia por levar filactérias (tefilin) nas suas equipagens. Os turistas que semelham ser religiosos, inclusso se não levam nenhum objecto que os identifique como religiosos judeus na sua equipagem, têm proibida a entrada no Reino hachemita. “Fazemo-lo pela própria seguridade dos turistas”, justifica-se o Governo jordano. Noutras palavras, a pesar de que temos asinado um tratado de paz convosco –mediante o qual recebemos uma imensa extensão de território na Aravá, um incalculável fluxo de acuíferos a expensas da desidratada Israel, permiso para voos civis sobre o território de Israel, proveitosos ingressos por turismo, etc- isso não reflexa os autênticos sentimentos da “nação” jordana. No fundo, os jordanos não queremos a paz convosco. Queremos eliminar-vos.

A propósito, em Jordânia segue sendo um delito merecedor de pena capital a venda de terras a um judeu.

Os jordanos semelha que lembram os versos da Torá que incluim ambas beiras do Rio Jordão dentro das fronteiras de Israel. Os judeus prefirem esquecer. O BEITAR, o movimento de Zeev Jabotinsky, suprimiu oficialmente a exigência do seu fundador de incluir ambas beiras do Jordão na sua plataforma política. Mas os judeus crentes não podem suprimir os versos da Torá. Velaí o motivo pelo que os jordanos temem aos judeus temerosos de D’us.

O tema do turismo jordano é paradoxalmente semelhante ao tema do turismo no Monte do Templo. No pórtico do lugar mais sagrado para o judaísmo, faz-se uma extranha diferenciação entre judeus com apariência religiosa e judeus que portam artigos religiosos entre as suas pertenças, e aqueles que não têm aspecto em absoluto de serem judeus. O primeiro grupo sempre é retido, os seus distintivos religiosos são confiscados e os seus portadores escrutados de perto mentres permanecem no Monte do Templo. O grupo dos judeus “normais” accedem ao Monte do Templo sem demoras e sem que ninguém lhes preste atenção.

As autoridades jordanas e as israelis coincidem nalgo fundamental. No fundo do seu subconscente, ambos sabem da existência duma forte ligação entre a Nação de Israel e a totalidade do seu território –com o seu epicentro no Monte do Templo. Acreditam que são precisamente os religiosos judeus os que mantêm vivo esse vínculo, e fazem quanto podem para dissociar ambos elementos. Os judeófobos de fóra de Israel não têm problema com os religiosos judeus, desconectados da sua Terra –vede se não a Ahmadineyad e os Satmers. Os judeófobos israelis não têm problema com os israelis que são alheios à sua própria religião. Mas quando tenhamos uns dirigentes judeus que atem esses cabos –uma nação integral com uma fê íntegra num território integro- os judeófobos de Israel e do mundo inteiro vam ter um bom motivo de preocupação.


MOSHE FEIGLIN

Primero, fueron las Naciones Unidas con su denuncia de la escuelita bombardeada, que nunca existió, y debió ser desmentida por ellos mismos cuando se verificó que era Hamás quien usaba a las escuelas y hospitales como plataforma de lanzamiento de misiles Qassam, por supuesto, nunca se dijo nada de las escuelas israelíes que debieron cerrar o fortificarse por los ataques de cohetes palestinos.

Luego la imbecilidad extrema de algunos profesionales de la izquierda israelí, que en sus ansias por llevar y aplicar el caos de su ideología decadente y retrógrada al país dijeron que los soldados Israelíes eran racistas porque no violaban a las mujeres palestinas. Luego fue la denuncia por la catástrofe humanitaria en Gaza, que no era tal, ya que la ayuda que entraba a Gaza era confiscada por Hamás de las mismas manos de Naciones Unidas para ser luego revendida a la población o reconvertida en armas, como ellos mismos lo declararon en una entrevista donde explicaban como convertían el azúcar en combustible para sus cohetes, luego fue la denuncia en la Academia Premilitar Rabin de unos estudiantes anónimos que habían escuchados “rumores” sobre “supuestos” abusos de unos soldados, aunque ni las circunstancias ni los nombres se conocieron, se abrieron investigaciones, y todo fue descartado por no haberse encontrado ni siquiera palestinos dispuestos a dar un falso testimonio. A esto le siguió el escándalo por la supuesta venta de remeras con inscripciones que se mofaban de la muerte de palestinos, algo que solo había sido una broma de mal gusto no autorizada entre soldados, pero que algunos medios como Haarez, especialista en escándalos, le dieron alcance internacional.

Todo falso, a lo que parlamentarios pro terroristas británicos como George Galloway o Gerry Adams ayudaron con sus frecuentes visitas a líderes de Hamás, mientras en su propio país, el Emirato Unido de Gran Bretaña, crecían los escándalos a diario por los parlamentarios que usaban dinero del erario público para embellecer sus casas, o para material pornográfico, o docenas de familias rumanas abandonaban Belfast después de haber sufrido ataques racistas en la tierra de Adams, el mismo que acusa a Israel de racista.

Y las declaraciones terriblemente conmovedoras, aunque ridículamente armadas, de Jimmy Carter cuando dijo que la destrucción que observó en Gaza lo conmovió hasta las lágrimas, no así el cautiverio de 3 años de Gilad Shalit, un joven de 22 años secuestrado por Hamás y que fue ascendido en ausencia al grado de sargento. Al poco tiempo Amnistía Internacional emitió un informe donde se criticaba el accionar del ejército israelí, pero no se hacía ni una sola mención del continuo ataque con cohetes Qassam a las ciudades del sur de Israel y así es como a los largo de los meses, y mientras tropas aliadas de USA y Europa cometían las peores atrocidades y bombardeos, con cientos y cientos de víctimas inocentes en Afganistán, tratan de poner continuamente cortinas de humo, focalizando la atención mundial en los abusos inexistentes del ejercito israelí, se han llegado a falsear fotos tanto de AFP, CNN como de la BBC a los fines de hacer que las noticias fueran más conmovedoras, y condenatorias del accionar de Israel, estas agencias han censurado a sus editores, fotógrafos y productores por estas falsedades, pero el daño ya estaba hecho y se aprovechan del antisemitismo visceral de algunas sociedades, como la española, que se muestran exasperantemente solidarias con las supuestas penurias palestinas, pero totalmente indiferentes a los padecimientos de los saharauis, que fueron sus compatriotas hasta 1976 y a quienes abandonaron en manos de los marroquíes.

Pero Israel también hay que luchar contra el enemigo interior, engendros como Neturei Karta o algunos parlamentarios, y no solo del laborismo o Kadima sino del propio Likud que no hacen más que socavar la soberanía del país dándole injerencia a potencias extranjeras en asuntos de Israel. Así es como gentuza como Obama, Merkel, Sarkozy, Solana o Zapatero se dedican a opinar sobre cómo solucionar el tema de medio oriente mientras sus ciudades arden con la desocupación, la crisis económica y se preparan para la próxima pandemia que los afectará, la de la gripe A (H1N1), como ya ha afectado a países como Argentina, y les puedo asegurar, no están, ni estarán preparados, si hace unos pocos años algo tan trivial como una ola de calor mató a miles en Francia y otras naciones de la Unión Europea, esperen a ver lo que les hará la Gripe A (H1N1), y ojalá me equivoque.

Pero volviendo a los enemigos internos, también existen varias ONG cuya finalidad parece más bien causar escándalos permanentes destruyendo la imagen de Israel como nación, pero aprovechándose de los subsidios que el estado pueda proporcionarles, como hacen muchos grupos ultra ortodoxos como Naturei Karta- Hoy la ONG es cuestión se llama Rompiendo el Silencio (Breaking the Silence), que dice disponer de docenas de declaraciones ANÓNIMAS de soldados que dicen haber presenciado abusos durante la operación Cast Lead en enero pasado, otra vez las declaraciones anónimas, otras vez las calumnias, otra vez los titulares de los diarios con las mismas frases y viñetas de meses atrás. ¿Hasta cuándo? ¿Cuánto tiempo más seguirán estas organizaciones de parásitos calumniando a Israel? ¿Cuánto tiempo más se le permitirá seguir mintiendo sobre lo mismo? ¿Por qué muchos países pueden aplicar el concepto de “cosa juzgada” y dar por terminado un tema pero en Israel se vuelva cada tanto con los mismos temas, los mismos argumentos y las mismas conclusiones?

Obviamente, los primeros diarios en hacerse eco de estas “nuevas confesiones anónimas” fueron los diarios de España, a los que siguieron los diarios de Irán que no saben que noticia sacar para evitar dar a conocer el paradero de cientos de personas que siguen detenidas después de las manifestaciones de la últimas semanas, pero claro, esto último no es noticia, todo lo que haga Israel, si.

El documento, basado en los testimonios anónimos de 26 soldados que participaron en la operación, habla de ausencia de reglas en el combate, y del empleo de escudos humanos y fósforo blanco en zonas pobladas.

En un duro comunicado, el Ejército acusa a “Rompiendo el silencio” de exponer “un informe basado en testimonios anónimos y generales, sin investigar sus detalles ni su credibilidad y de no haber tenido la mínima decencia de presentárselo previamente a las autoridades militares para que investigasen los incidentes”.

“La decisión de presentar estos testimonios genera interrogantes sobre si de veras quiere una investigación creíble y minuciosa, como es norma en el Ejército de Israel”, señala la nota.

Tzáhal recuerda que ya hizo una investigación interna el pasado abril ante denuncias similares, que concluyó con el rechazo de todas las acusaciones.

Al igual que entonces, apunta el comunicado, “un número considerable de los testimonios difundidos por la organización se basan en rumores y habladurías”.



Fonte: Ianus y Seker se encontraron

Uma das leis não escritas da guerra é que o bando vencedor pode fazer o que lhe venha em ganha tras o cesse de hostilidades. Esta lei é aínda mais relevante quando o vencedor resulta ser aquele que não dou começo à guerra, ou que fz tudo o possível para que a guerra não tiver lugar.


Vejamos Israel. Tras a sua vitória numa guerra que inicialmente tratou de evitar em 1948, utilizou a sua vitória para expandir o seu território. Durante vários anos, tras essa guerra, começaram a aparecer novas comunidades no mapa, como Ahdod em 1956, Karmiel em 1964, Dimona em 1955 e Arad em 1962 (por mencionar só umas quantas).


Depois, perto de 20 anos mais adiante, e enfrontada com a perspectiva duma arremetida árabe, Israel viu-se forçada a manter outro conflito bélico em 1967 que, como a guerra de 1948, rematou numa vitória decisiva a favor de Israel. Então, uma vez mais, como figera tras o trunfo de 1948, Israel utilizou essa vitória para embarcar-se numa campanha de ampliação do seu território. Novas comunidades começaram a figurar no mapa, como Kiryat Arba em 1972, Kedumim em 1975, Karnei Shomron em 1977 e Efrat em 1983 (por mencionar só algumas).


Sem embargo, aquí é onde rematam as semelhanças. Por alguma extranha razão, as comunidades que foram fundadas tras 1948 têm sido consideradas sempre como legítimas pelo público israeli, mentres as comunidades estabelecidas depois de 1967 nunca obtiveram por completo o mesmo grau de legitimiade aos olhos dalguns seitores do público israeli, sendo de facto consideradas ilegítimas inclusso por alguns cidadãos de Israel.


O argumento de que estas últimas comunidades foram estabelecidas no meio ou perto de grandes centros de população árabe –ou em “terra árabe”- não se sustenta em pê, especialmente na medida em que o mesmo pode ser dito de muitas comunidades “legítimas” estabelecidas depois de 1948 e inclusso dalgumas anteriores a 1948. Se este for o caso, daquela qual é a razão para dar um trato diferente às comunidades post-1967 daquelas anteriores a esssa data?


Semelha que a única resposta lógica é que as primeiras comunidades foram fundadas pelos “sionistas bons” (Ben Gurion e companhia), mentres que muitas das posteriores a 1967 foram fundadas por um tipo diferente de sionista, nomeadamente o tipo que acredita em que se assentar em Eretz Yisrael é uma mitzvá e toma a sua inspiração e motivação directamente do Judaísmo. Esta é a única resposta plausível ao por que este segundo grupo de sionistas e as comunidades que têm fundado são estigmatizadas e consideradas ilegítimas por uma parte da cidadania de Israel.


Desgraçadamente, o que muitos aquí em Israel que consideram as comunidades post-1967 ilegítimas ignoram, ou quiçá se negam, é a entender que aos olhos dos árabes TODAS as comunidades e assentamentos (pre-1948, post-1948, post-1967) são ilegítimas. Eles não fazem essas distinções triviais. Só nós, os pusilânimes judeus, entramos nesse tipo de matizes.



YOEL MELTZER


24 Tamuz 5769 / 16 Julho 2009


Uma parte muito pequena da população árabe-israeli está implicada de modo activo no terrorismo, embora também não é preciso que sejam muitos mais. Um punhado de terroristas podem comocionar a vida dum Estado pequeño. Nessa medida, as imensas redes de inteligência dos servizos de seguridade israeli interceptam quase todas as tentativas terroristas, mas a rede na sua totalidade viria-se abaixo tão cedo como os árabes desenvolvessem algumas destrezas de contra-inteligência básicas. Quando a OLP se adicou a massacrar aos infiltrados israelis nos anos 70, as redes de inteligência evaporaram-se velozmente. Os éxitos de Israel na intercepção do terrorismo tem mais a ver com a cooperação tácita dos chefes dos terroristas. Estes, têm prosperado em meio de riquezas e comodidades e não querem combater mais com Israel, e tudo o que procuram agora é oferecer a quem os apoiam alguma actividade produtiva. De facto, suspiram aliviados quando Israel intercepta os ataques terroristas, dado que não se querem pôr em perigo propiciando uma espiral de enfrontamentos.

Os palestinianos que entranham maior perigo são os que estám mais satisfeitos e silenciosos. Parásitos dos massivos subsídios israelis, desprezam as leis de Israel (evasão fiscal, roubo a grande escala, construcções ilegais,…), disfrutam de trato preferencial (exenção do servizo militar) e adicam-se a reproduzir-se como coelhos para constituir algum dia uma maioria democrática. O número de árabes em Israel tem-se multiplicado por 11 desde 1948. Os árabes “moderados” enganam aos judeus proclamando que tudo quanto querem é igualdade. Mas, que é o que faz que um Estado seja Judeu se árabes e judeus são iguais? A autêntica igualdade presupõe que a Lei de Retorno se aplique a árabes e judeus por igual, que ambos (ou nenhum) sejam mencionados no hino nacional. Se os árabes constituim um terço da mocidade de Israel, daquela a bandeira de Israel deveria luzir na terceira parte do seu tamanho a cor verde islâmica. Se os árabes são iguais, deveria permitir-se que accedessem à carteira ministerial de Defesa e ao Shabak, e deveriam receber a terceira parte das donações que os judeus fazem ao Estado de Israel. Embora já recebem boa parte dos fundos enviados pelos progressistas judeus de Norteamérica.


OBADIAH SHOHER

Lugar: Universidade Edward Said, Paris, República Islâmica da Gália do Norde.


Tema: Notas do Leitor Convidado Especial do curso “História do Meio Leste”, o professor visitante Osama bin Levy.


Gostaria-me agradecer-lhes a todos vocês –homens, mulheres, ciborgs- a sua presença na conferência desta tarde, a pesar da averia no metrônomo sobre a cidade que está propiciando algo de chuva. Agardo que não tivessem muitos problemas para achar aparcamento para os seus dispositivos periféricos pessoais lanza-mísseis na estação espacial para convidados da Universidade.


Tenho sido requerido para ressumir-lhes uma etapa na história do Meio Leste que teve lugar antes de que a maioria de vocês tivessem nascido, embora está amplamente documentada nos chips de saber que todos vocês têm incorporados nos seus mecanismos de ignição balística.


É certamente dificil para todos os que vivemos hoje em dia comprender a profuncidade da imbecilidade que levou à desaparição do Estado de Israel a começos do século XXI. Mas gostaria-me lembrar-lhes que esses sucessos tiveram lugar quando os seres humanos aínda viviam nas mais primitivas das condições, utilizando computadores mecânicos com ecrães em vez de suplementos bio-pensantes; quando os humanos aínda conduziam aquelas máquinas suicidas chamadas “automóveis” e chocavam uns contra os outros.


Os dirigentes políticos israelis, os jornalistas e os acadêmicos vinheram infectando ao longo dos anos a nação com uma extranha enfermidade chamada Colonofóbia Aguda, ou CA. A praga de CA foi inoculada com tão massiva determinação que poucos foram os que no país lograram imunizar-se contra os seus síntomas de hipercongelação neuronal. Os que resultavam infectados ficavam mentalmente paralisados, incapazes de contemplar qualquer solução aos problemas vitais que não incluísse a ideia de que “os colonos são os responsáveis de todos os problemas do planeta Terra”.


Portanto, como poderão vocês comprender, a adopção da solução dos “Dois Estados para dois Povos” esteve baseada não só na asfixiante pressão internacional, senão na insistência dos próprios políticos israelis e das elites intelectuais em que esta fórmula ponheria fim ao conflito do Meio Leste de uma vez por todas.


Existiam, por suposto, multidão de razões para ser escépticos. Israel vinha de abandoar apenas uns anos antes a Faixa de Gaza, retirando todos os seus soldados e cidadãos. O resultado foi o lanzamento de milheiros de mísseis e outros incontáveis ataques terroristas contra Israel pelos palestinianos de Gaza.


Evidentemente, qualquer ser inteligente ou inclusso um ciborg avariado teriam entendido que Gaza era apenas um exemplo a pequena escala do que Israel poderia agardar de qualquer capitulação posterior.


Mas os dirigentes de Israel seguiram repetindo o que os estadounidenses, europeus, e outros repetiam machaconamente ao unísono. Seguiram defendendo que ninguém podia predizer o que fazeriam os palestinianos com o seu novo Estado baixo a fórmula “Dois Estados para dois Povos” at´que gozassem de ele de maneira efectiva.


Repetindo até o cansaço a esperança de qu quizás os palstinianos se converteriam em vizinhos civilizados uma vez que tivessem o seu próprio Estado e que, em todo caso, não havia alternativa à de “dar uma oportunidade à paz”, os criadores de opinião israelis lograram lavar o cerebro às massas até que deram a conformidade ao mantra de “Dois Estados para dois Povos”.


Exactamente 14 minutos depois de que “Dois Estados para dois Povos” fosse implementado, o Estado de Palestina iniciou um varrido com dúzias de milheiros de lanzamentos de mísseis, morteiros outros meios de rudimentária tecnologia bélica que eram utilizados pelos exércitos nos alvores do século XXI. Tel Aviv e Jerusalém foram praticamente arrasadas.


Seguindo os massivos ataques com mísseis contra Tel Aviv e Jerusalém –ataques que (naturalmente) foram absolutamente inesperados para o establishment político israeli e os seus aduladores jornalísticos- veu o golpe final de Palestina.


Massas ingentes de tropas e voluntários doutros Estados muçulmãos –especialmente Iran e Pakistão- que se trasladaram a Palestina para defendê-la dos agressores israelis, participaram numa marcha.


Grandes grupos de infiltrados palestinianos atacaram o que ficava de Israel, perto de Netanya, curtando todas as autopistas norde-sul e dividindo o país pela metade.


Milheiros de judeus que viviam em vilas isoladas e comunidades da Galilea foram linchados por membros da Fronte de Libertação de Galilea, e os seus corpos decapitados ficaram abandoados nas beiras das estradas.


Comandos de sabotagem palestinianos deixaram inoperativos os aeroportos israelis, e uma chuva de mñisseis convertera os portos marítimos nalgo demassiado perigoso como para que algum navio se atrevesse a atracar. Portanto, não houvo modo de fogir para os judeus. Pequenos focos de resistência judea foram submetidos a asédio, e os que os sustentavam submetidos mediante a inanição (os membros dos kibbutz que padeceram o asédio viram-se tão desesperados, que remataram por comer comida kosher).


Próximos já ao final, quase todos os políticos israelis insistiam em que o curso dos acontecimentos fora absolutamente inesperado e que ninguém poderia ter sido capaz de prevêr algo assim.


Pouco depois de que Israel fosse completamente invadida, o Presidente dos EEUU, Al Franken, e o Primeiro Ministro francês, Abu Jihad, anunciaram que os Dois Estados por fim foram logrados para os Dois Povos: os povos palestiniano e jordano.


Figeram, assimesmo, um chamamento a todos os países do mundo a que permitissem que os refugiados judeus superviventes da derrotada entidade sionista pudessem obter acolhida nos seus países. Mas só Micronésia aceitou.


O Leitor Convidado da próxima semana disertará sobre a história da extinta comunidade cristã de Europa.



STEVEN PLAUT

ABBAS FULMINA AL JAZEERA

Novamente, o dirigente palestiniano demonstra ser um tipo mais normal que o comum dos israelis. Abbas fechou a delegação de Al Jazeera em Ramala depois de que a emisora difundisse um informe implicando-o na morte de Arafat.

Tras esta proibição de emitir desde os territórios ocupados pelos palestinianos, Al Jazeera seguirá difundindo a sua programação desde Israel, cujos dirigentes carecem do coalho para acalar a estes portavozes do terrorismo árabe.

La Scala levará a cabo uma representação do Requiem de Verdi para comemorar o 100 aniversário da cidade no Yarkon Park de Tel Aviv.


A actuação ao ar livre será gratuíta para que o maior número possível de judeus poidam asistir ao luto.


O acontecimento estará dirigido pelo antanho judeu Daniel Barenboim, orgulhoso titular dum passaporte palestiniano e cidadão honorário de Fatahlândia.


Os contribuíntes judeus pagarão a factura desta indignante cirimônia que terá lugar no período comprendido -como bem sinala no seu blogue Batya Medad- entre as três semanas que transcorrem do 17 de Tamuz ao 9 de Av (época do ano judeu na que, em deferência à memória da destrucção do Templo Sagrado, está proibido que os observantes judeus asistam a eventos multitudinários ou espectáculos musicais).


Para além doutro motivo de maior envergadura, claro: o de tratar-se o Réquiem duma cenificação musical da missa funeral da Igreja Católica Romana.

UM POUCO DE DIVERSÃO

Abaixo incrustamos o vídeo da companhia de telefonia israeli Cellcom que tem levantado as protestas dos árabes e dos esnobs traidores de Paz Agora.

O filme amosa uma bola que cai sobre um jeep do exército desde o lado árabe do muro. A partir de aí começa uma espécie de partido de voley-pê com os árabes do outro lado depois de que um soldado israeli chame pedindo “reforzos” pelo móvil, reforzos que chegam e jogam também.

A esquerda ánti-sionista e inimiga das liberdades já tem solicitado a censura e retirada do anúncio.

Ao cúmplize do terrorismo palestiniano, e membro da Knesset, Ahmed Tibi já lhe tardou sair chorando que “a barreira não é uma brincadeira e que separa às famílias árabes”. Pior foi o caso dalguns blogues esquerdistas israelis, onde os seus gestores, fans de Paz Agora e sequazes do negacionista Norman Finkelstein, laiam-se de que o vídeo amose “aos soldados israelis com a gente que têm encarcerada ao outro lado”, ou “se os palestinianos lanzassem uma pelota à outra parte do valado morreriam tiroteados”. Outro progre queixava-se de que “os palestinianos não aparecem no anúncio, e são eludidos como se fossem monstros ou aliens”. Vaia, homem! E daquela que são, na sua maioria, mais que uma presada de criminais e estrangeiros? Por que estes insensatos amigos israelis de Hamas não param um momento a reflexionar nas vidasde judeus que se têm salvado desde que se erigiu o valado de seguridade?

Perguntados pela sua opinião, os razoáveis e politicamente correctos empresários de Cellcom disseram que “a mensagem central do vídeo é a comunicação entre dois povos, para além da religião, raza ou gênero”. Como diz a voz em off ao final do anúncio, just a little fun.

Pois isso.


SDEROT JUDENRAT

A moderação governamental respeito os ataques contra Sderot é uma continuação da típica actitude judenrat do sionismo. Durante os progromos árabes dos anos trinta, os dirigentes sionistas adoptaram uma política de contenção e defesa passiva dos assentamentos. Esse tipo de táctica permitiu que os árabes se reagrupassem e armazenassem armamento na inquestionável seguridade das suas vilas, convertendo aos transeúntes judeus em vítimas singelas para os saboteadores árabes. Quando Etzel proclamou a fim da contenção e começou cazar árabes activamente e de modo aleatório, a dirigência sionista condeou essa táctica tão efectiva como “contrária ao judaísmo”. O “judeu” ve-se que era morrer docilmente.

De modo semelhante, Ben Gurion resignou-se ao holocausto dos seis milhões (sete milhões, actualmente, na medida em que mutíssimas vítimas dos soviéticos não estavam resgistadas como judeas). Rechazou canalizar o dinheiro recolectado pelas actividades dos assentamentos para rescatar aos judeus húngaros e romaneses. Os sionistas não só não chamaram a todas as portas possíveis para salvar à judearia europeia, senão que reduziram ao ostracismo a Hillel Kook, cujos partidários sim que o faziam. A contenção sionista vem ditada não pela preocupação pelos árabes, senão pelo ódio face o judeu. Durante a Guerra de Independência e na década posterior, Ben Gurion reprimiu aos árabes com punho de ferro, expulsou-nos, e condonou qualquer crime cometido em Kfar Kasem.

Em 1976, incitados por Jordânia, os palestinianos deram começo à celebração do Dia da Terra. A administração militar israli, devidamente advertida do iminente progromo, negou-se a enviar reforços a Hebron e os assentamentos deixando, portanto, que os judeus fossem massacrados pelas massas árabes enfurezidas. Aqueles judeus defenderam-se por sim próprios valentemente, mas os destacamentos do exército só chegaram quando o combate amainara.

Em 1994, novamente, o exército era connhecedor de que os árabes estavam preparando um progromo a perpetrar em Purim. Durante um encontro no quartel central militar solicitara-se ao Doutor Baruch Goldstein que preparasse tudo para despregar asistência médica massiva aos judeus, mas não se trasladaram reforzos à cidade.

O intercâmbio de prisoneiros amosa um desprezo semelhante pelas vidas dos judeus. Para conquistar o aplauso dos mass média, os gerifaltes políticos israelis libertam a centenares de assassinos de judeus.

Os dirigentes israelis assimilados desprezam aos judeus normais –que lhes fazem lembrar as suas próprias raízes. Os humildes (Sderot) e os religiosos judeus são aos que mais detestam. Quando se apresenta a oportunidade de que sejam exterminados às mãos dos árabes, os dirigentes israelis nunca têm nada que objectar.


OBADIAH SHOHER

Em Niilin, as IDF voltaram usar botes de fume contra os alborotadores. Seis meses atrás, os botes de fume foram suprimidos de modo não oficioso devido à pressão dos tribunais; a esquerdista Corte israeli e os activistas de “direitos humanos” amosaram-se muito preocupados pelo mal cheiro indiscriminado.

Os manifestantes ánti-muro de Niilin são na sua maioria judeus israelis renegados mais que árabes. Despojados desde há tempo de todo rasto de judeidade, porém aínda têm algo de cerebro e contrarrestarão os botes de fume mercando custosas máscaras ánti-gas –com o que, de passo, terão umas fotos de propaganda mais vistosas.

A diferença entre muçulmãos radicais e judeus progres dos EEUU é que aqueles querem converter-se em mártires, mentres os outros aspiram a ser vítimas. Num giro irônico do destino, os muçulmãos radicais e os judeus progres norteamericanos estám feitos os uns para os outros.

Esta simbiose ideológica seria suficiente para dar pé à presença dum desenho inteligente. Mas como todas as coisas que semelham emanar dum poder superior, existe um giro paradóxico. Não é a sim próprios a quem os judeus progres dos EEUU querem sacrificar no altar do vitimário: é aos seus irmãos de Israel.

Barack Hussein Obama recebeu perto do 80 % do voto judeu e segue a colheitar um grande apoio entre a judearia dos EEUU. Em contraste, só o 6 % dos judeus israelis apoiam a Obama.

Inclusso antes das eleições, os judeus israelis, contrariamente aos seus sicofantes irmãos dos EEUU, interpretavam que com Obama os israelis eram o povo menos apoiado de todo o mundo occidental por parte desse inexperto político convertido em candidato presidencial.

Para apoiar a Obama, os progres judeus tiveram que fazer todo um despregue de acrobácias mentais. Tiveram que ignorar a sua relação de mais de 20 anos com o Reverendo pastor ántisemita Jeremiah Wright. Tiveram que ignorar a sua estreita relação pessoal com o ánti-sionista Rashid Khalidi. Tiveram que ignorar a sua afirmação durante os cáucus de Iowa de que ninguém tinha sofrido mais que o povo palestiniano. Tiveram que ignorar o seu apoio ao seu curmão keniata, e destacado genocida, Raila Odinga, um defensor da Sharia. Tiveram que ignorar a própria herdança muçulmã de Obama. Tiveram que ignorar que expertos políticos ánti-israelis como Samantha Power (que agora goza dum assento próprio no Conselho de Seguridade Nacional), Susan Rice e o General James Jones fossem os que realmente levassem as rendas no assesoramento de Obama no Meio Leste.

Desde as eleições, as políticas de Obama face Israel têm sido as da traição, e a reacção da comunidade judea progressista só pode ser descrita como inacreditável. Quando Obama exigiu a congelação dos assentamentos –incluíndo o crescimento natural e a edificação em Jerusalém Leste- aos rabinos reformistas faltou-lhes tempo para brindar-lhe o seu apoio. Inclusso o “Jewish Daily Forward” editorializou apoiando a congelação dos assentamentos, como se os assentamentos fossem o obstáculo para a paz e os mantras prévios de “paz por territórios” tivessem dado mais resultados para a causa da paz que uma chuva permanne de mísseis.

A negativa de Obama a fazer o que as nações e Estados do primeiro mundo têm feito tradicionalmente –honrar os acordos e obrigas das Administrações anteriores- deveria ter gerado, quando menos, desgosto da comunidade judea. A fim de contas, Obama desviou-se de modo caprichoso e sumariamente da linha que a Administração Bush levara com respeito aos assentamentos –linha que fora estabelecida, segundo Elliot Abrams, para compensar a lamentável retirada de Israel de Gaza e o Norte de Samária.

Embora for pela simples razão de constituir um precedente insólito que pode afectar a todas as nossas futuras relações internacionais, os judeus progressistas, sempre preocupados pelo espírito das leis, deveriam ter posto o berro no céu.

Mas o seu apoio a Obama foi inquebrantável e as suas queixas brilaram pela sua ausência.

O discurso de Obama em El Cairo ligava a Israel com o Holocausto –ignorando mais de 2.500 anos de história judea e a história europeia dos séculos XVIII e XIX. O discurso foi um vergonhoso sermão de equivalência moral comparando o sofrimento auto-imposto pelos palestinianos com a Shoá.

Aínda assim, os judeus progres nem se imutaram.

A Administração Obama abraza o mito de que as IDF são responsáveis das baixas civis em Gaza –justificação que essa Administração utiliza para negar-se a vender helicópteros de tecnologia avanzada à democrática Israel, a pesar de estar ansiosos por vendê-los à ditadura militar egípcia. Também não levantou isto resquemor algum. A negatica da Administração de vender aeronaves de guerra a Israel semelha não importar aos judeus progres.

O nomeamento de George Mitchell –um enviado espcial sem precedentes na história de Israel, promovido por um gang de ánti-sionistas- não tem provocado nem um simples gimoteo. Depois de tudo, um milheiro de rabinos (ou parvos úteis) asinaram uma petição autoria do infame Brit Tzedek saudando tamanhe nomeamento, embora seja duvidoso que inclusso esses rabinos idiotas agardassem que George Mitchell e os seus sequazes ánti-sionistas fossem a aceitar a operação.

Contudo, os assinantes de Brit Tzedek não têm pedido aínda que os seus nomes sejam etirados da petição ou articulado uma protesta pública.

A política internacional da Administração Obama basea-se em que George W. Bush e os seus conselheiros “neocon” são os causantes da crise política internacional. Bush, que possue uma forte visão pessoal da política internacional e um coeficiente intelectual muito por riba do sempre cacarejado por John Kerry, é caricaturizado como um simples manipulado por um conciliábulo de judeus. George W. Bush não teria esitado em condear o regime iraniano quando abatiu a tiros manifestantes na rua nem se teria posicionado do lado de Hugo Chávez na crise de Honduras. George W. Bush tem uma visão dos EEUU. Barack Obama só possue uma visão de sim próprio. Ninguém foi quem de manipular a George W. Bush, e não é mais que um complot ántisemita o facto de que seja caricaturizado como um pelele manipulado pelos judeus.

Mas o ódio a Bush dos progres judeus é tão marcado que, inclusso a costa do libelo da manipulação judea da suposta incompetência de Bush, essa image é totalmente compatível com o modo de pensar dos judeus progresistas.

A aposta ánti-israeli de Obama não vai achar oposição na comunidade judea, senão respaldo. Os judeus progres dos EEUU abrazam o vitimismo. A ideia duma Israel forte ansiosa de defender-se é antitética com as necessidades psicológicas da comunidade progre dos judeus norteamericanos, necessidades que poderiam ser descritas como uma espécie de síndrome da mulher maltratada. Se os palestinianos de Gaza lanzam mísseis contra Sderot é porque Israel se tem feito merecedora desses ataques. “Os palestinianos só lanzam mísseis e atacam com terroristas suicidas porque não têm outro meio de protesta. Se Israel cedesse mais territórios, se Israel levantasse os bloqueos, se Israel se desculpasse por obrigá-los a imolar-se em pizzerias, discotescas e lojas. Se Israel comprendesse a sua cultura…”.

A maioria dos judeus não podem renunciar ao seu “progressismo” na medida em que também não o podem fazer os não-judeus. Tomemos aos progres que me tropezo em Berkeley, que contemplavam a tragédia do 11-S e diziam, “É devido à nossa política exterior”. Diziam-no com toda a enganosa suficiência do que diz algo supostamente muito profundo –e não algo ilustrativo duma tara psicológica ou duma enfermidade mental. Eles também necessitavam justificar o seu vitimismo, e agora fazem o mesmo com uma vítima propiciatória.

Obama representa um ponto de ruptura entre os israelis e os judeus progres dos EEUU. Para estes, Obama aínda é o melhor segundo as suas enquisas; entre os israelis, é dificil achar um só judeu que não entenda a ameaça que Obama supões para a sua própria supervivência.

Os judeus progres são, geralmente, gente secular; mas isso não significa que sejam atéus, e em Barack Obama têm achado, sem dúvida, ao seu Messias.


ABRAHAM H. MILLER